Por: Azul Verzura | Línea Nacional Popular
En varios programas de radio -como en Futurock- existe una sección donde lxs oyentes expresan sus conflictos “amorosos“ o íntimos para que el o la locutora les de su punto de vista. En este caso, estuve escuchando “Bimbotiquin”. Una sección de Futurock donde Srta. Bimbo recibe mails de mucha gente expresando sus enredos, dudas, dolores y/o experiencias, y ella, comenta sobre el hecho contado y les da consejos.
Hay un patrón que se repite: no saben amar.
Como una especie de reclamo a quienes aman y son amados. Como una especie de denuncia sobre un amor sabido, un amor establecido y reproducido.
¿Qué es saber amar?
Experiencias con compañeras, bisexualidades invisibilizadas en varios testimonios, conflictos con tiempos del amor, frustraciones por expectativas construidas por unx mismx o por un sistema que nos chipeó así, etc.
En términos sabiduría, dudo que exista un manual de cómo, cuándo y de qué manera amar, pero lo que no dudo que exista es el sentimiento de saber que hay un otrx y que el amor propio no existe si no es colectivo. El amor es algo muy diverso, difícil de definir y hasta conflictuado en sí mismo. En primer lugar porque no existe un solo amor, sino que varios. Y la diferencia de ese amor se ve establecida en los tipos de vínculos que lo comprendan. El amor de xadres a hijes, el amor de la amistad, el amor a une novie, a une chongue, a une dirigente politique, a une docente, etc. Cuánta intensidad lleve ese vínculo, ese amor, esa relación, tiene que ver con unx mismx (como nos enseñaron) y la manera en la que se expresa, sí. Pero también con lo establecido que “debería ser” el amor en cada uno de los tipos de relaciones que nombré antes.
En definitiva, el amor o los amores, son muy diferentes pero existe algo en común. Es el reconocer al otrx, cuidarlo, admirarlo y ser honestx.
Entonces, ¿qué queremos decir cuando les decimos que no saben amar?
No saber amar es creer que unx está queriendo cuando lo último que hace es querer. Es una nueva manera, deconstruida y de forma crítica que hago, en cuanto auto percibirse amado y amar. Amar no es mandar una foto de donde estas para que el otrx te crea. Amar no es mentir para no herir, ni permanecer en un vínculo para “no lastimar”. Amar no es eso y justamente es lo que venimos a remarcar con la falta de sabiduría de amar.
Amar es comprender límites, no romantizar al amor eterno ni naturalizar que alguien siga siendo lastimado solo para permanecer acompañado. Amar no es bancársela, ni llorar, ni sentir culpa. Quizás todas estas cosas nos suenen o nos resulten familiares. A todes nos pasó eso de sentirse “amado” por el “sacrificio” del otrx. Y no, el amor no es sacrificio. Habría que hacer una autocrítica sobre las enseñanzas católicas del amor y el sacrificio que, bien sabemos, que no van de la mano ni por casualidad.
No estoy diciendo que no haya que ceder ciertas cosas de unx mismx para convivir en colectivo, sino que el hecho de que una persona deba sacrificar varias cosas por otrx, no me apetece en absoluto. Y me resuena a una relación bastante violenta, demandante y egoísta.
Claramente, los últimos tres adjetivos que nombré son lo contrario amar. Y sobre todo cuando el amor se elige, se sostiene si se quiere, se cuida, se modifica y se comunica.
No saben amar porque le tienen miedo a hablar, a abrazar, a decir a la verdad, a asumirse amados. Le temen al otrx, al riesgo de que todos los días se elija a la misma persona o no, el miedo a la ruptura de la rutina, el miedo a la plenitud diaria, a la falta que también existe, a la imperfección, a la discusión y a la crítica. Le temen a pedir perdón, a sentarse a charlar, a moverse. No saben amar porque no saben hablar. Y el que no sabe hablar o expresarse, no se puede vincular.
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