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Se creen dueños, salgan del medio

Por: Azul Verzura | Línea Nacional Popular



Hace unos días atrás Guillermo Andino, señor totalmente olvidado por la agenda política, fue entrevistado en el programa “Metro y Medio” y terminó siendo repudiado por casi todos los medios, redes y portales.


La entrevista hecha por Sebastián Wainraich llegó a serios cuestionamientos sobre las prácticas de los obstetras y el rol del padre a la hora de intervenir en el parto que ellos, por supuesto, no sufren ni por asomo.


Guillermo Andino, periodista de América, confesó "Mi hija tenía que nacer el 6, pero yo arreglé con el obstetra para ver si podíamos adelantar el parto, para que naciera el 4. Él no entendía nada de fútbol, pero como tenía un torneo de golf el lunes 6 me dice ‘por mí no hay problema, mejor’, y lo adelantamos para el 4″ Es decir que adelantó el parto de su primera hija para que naciera el mismo día del gol histórico del Chango Cárdenas en Montevideo, que le dio la copa a Racing y el primer título mundial a la Argentina.


Hasta acá tenemos un señor, decidiendo sobre el cuerpo de la mujer, que encima fue la madre de su hija descuidando la salud de la beba que nació y todo ¿por qué? Por fútbol.


¿Qué se hace frente a eso? ¿Y cuál es el rol que debería ocupar el sistema de salud, los hombres que escucharon eso y sobre todo, las mujeres y personas gestantes ante semejante hecho violento?


Tras semejante confesión por parte del periodista entrevistado sobre su actitud sumamente violenta hacia su mujer en tanto, por un CAPRICHO cambiar la fecha de parto, descuidar y sobre todo no tener en cuenta el consentimiento de la otra persona que, nada más y nada menos, va a parir a una bebé. No es un hecho aislado, ni tampoco algo que debe pasar por arriba. Es serio que todavía exista, en primer lugar, un tipo que decida sobre el cuerpo de la mujer que VA A PARIR. En segundo lugar, es totalmente aberrante, que el medico obstetra no haya consultado con la mujer que va a tener a la bebé. Y en tercer y último lugar, todo sin contarle a la mujer, el mismísimo marido, es decir, padre de la bebé.


Más allá del motivo estúpido e infantil “que lo llevó” a Andino accionar de una manera muy violenta con la mujer que lo acompaña, es necesario y urgente replantearse el tipo de situaciones en las cuales hasta nuestro más cercano compañero puede violentarnos en cualquier aspecto.


Probablemente, sea más difícil identificar los distintos tipos de violencia en relaciones de pareja como es en esta situación. En este caso en particular, entre risas de varones, y la ceguera, producto del patriarcado, -por parte de algunas mujeres- que todavía no lograron darse cuenta (pero ya van a poder), se dificulta mucho más explicitar la violencia por parte de tu pareja. Tu novio también te puede violar. Tu compañero puede manipularte. Tu marido ejerce violencia psicológica para con vos.


Guillermo Andino, es uno de muchos. Y por suerte, se cayó la careta y es momento de comenzar a concientizar a las mujeres que viven el día a día con este tipo de violencias.

Como la violencia no es solo un cachetazo, un golpe en el ojo o que te insulte todo el tiempo a los gritos, debemos entender que hay cuestiones que como feministas tenemos que tener bien en claro. Existe un estado ausente, existe un estado que nos pone en peligro a través de una presupuesto ínfimo en cuanto a nuestra protección contra la violencia de género, y justamente, lo que no existe son las políticas públicas que amparen la asimetría que todavía existe desde un inconsciente colectivo y desde una reproducción cultural del machismo. Al contrario, a través de políticas de estado, modelos económicos y gobiernos neoliberales, esa asimetría y violencia constante, se ve reforzada.


Hay diferentes roles en estas circunstancias. Están Los Guillermos Andinos, los obstetras, y la que va a parir:


Por un lado, los guillermos son muchos. A modo de chiste, confiesan una práctica violenta. Que hasta me genera sentimientos encontrados porque no sé si es un violento apropósito o es tan pelotudo que no se da cuenta. No lo sé. Por otro lado, los obstetras son la complicidad de un estado. De un pacto entre ambas partes de la violencia. Sí, la cadena de violencia se hubiese roto si el obstetra hubiese consultado con la mujer que iba a parir. Pero no lo hizo, porque Carolina, la mujer de Andino, se enteró 8 años después.


Entonces, los violentos duermen en la misma cama que una. Cenan en la misma mesa y hasta se duchan con vos. Cuidado que les queda poco.

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