Por: Camilo Porto Rojas | Línea Nacional Popular
Los actos de campaña en el Cuyo (San Juan y Mendoza) y Santa Fe han sido demostraciones ostensibles de representación y solidez política.
San Juan y Mendoza fueron abarcadas por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner; Santa Fe, por Alberto Fernández y el gobernador electo Omar Perotti. En las tres ocasiones, una muchedumbre colmó los actos. La retórica de los candidatos del Frente de Todos ha sido sólida y concisa: retomar el rumbo del desarrollo industrial soberano en función de la grandeza de la Nación y la felicidad del Pueblo.
La campaña está al rojo vivo. A las calumnias del oficialismo, el peronismo responde firme y golpea donde duele.
En términos generales, vamos bien. En esta etapa del proceso electoral, la percepción debe primar. La dependencia nociva de las encuestas debe ser regulada. En términos generales, la inmensa mayoría señala la victoria del candidato del peronismo. Un número significativo asevera, sin embargo, que existe entre Mauricio Macri y Alberto Fernández un empate técnico. Otras, afirman que la dupla Fernández - Fernández ganaría en primera vuelta. Lo que no existen son encuestas que señalen un triunfo holgado del oficialismo en las primarias, aunque eso también es cuestión a tomar con pinzas.
El termómetro señala el entusiasmo del Pueblo de poseer, por primera vez en estos tres años y medio, una alternativa de poder lo suficientemente sólida para acabar con su sufrimiento. En este sentido se expresa el Pueblo cada vez que Alberto Fernández o CFK visitan una fábrica, un pueblo o una provincia. Las charlas cotidianas de la comunidad se enfocan en esa dirección. La esperanza ha derivado en la sensación de triunfo. Ficha emoción es contagiosa, tracciona, aglutina.
Si el Movimiento Nacional logra sortear el fraude anunciado, los resultados de los próximos comicios serán aleccionadores.
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