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SUDESTADA| El fin de la Cortina de Hierro

* CPR - Central de Trabajadores/as de la Argentina


"Los que estamos dispuestos a escribir la historia tenemos el mismo espíritu que tenían los hombres y mujeres que un día en las catacumbas, desafiaron a los gobiernos, desafiaron a los poderes y desafiaron a los posos de los leones. Las armas y los métodos se han modernizados. Quienes quieran derramar la sangre de los argentinos dignos, que están dispuestos a rebelarse contra toda forma de opresión, que empiecen a derramarla. Pero con nosotros no van a poder." - Raimundo José Ongaro


El día de hoy, cerca de las 11 horas, el Banco de la Nación Argentina anunciaba en sus portales el fin de la Cortina de Hierro. Ni la marea mediático-judicial, ni el circo criollo de la corrupción peronista promovido por radio y televisión, ni la obstinación de las palabras de los funcionarios empleados del poder pudieron ocultar el brutal golpe financiero que sacudió al gobierno oligárquico desde sus cimientos.


El país entero, propios y ajenos, todos, quieran o no, percibieron el sacudón provocado por el estrepitoso aumento del precio del dólar que en pocas horas superaría el valor de $41.


La tarde de ayer, el precio de la divisa norteamericana ya había perforado el techo de los treinta y dos pesos, ubicándose por encima de los $34,5. Con esta última suba, el precio del dólar trepó al rededor de $3.1 en tres días, superando el 80% de aumento en lo que va del año. Hoy, la anarquía financiera irrumpió como un torbellino, provocando un grado de inestabilidad gubernamental jamás visto en la vida política del gobierno gorila.


El desmanejo financiero es una realidad palpable. La Argentina se encuentra en un estado de fragilidad económica ostensible para cualquiera. El aumento de la Tasa de Interés al 60% -único remedio que el corpus liberal ha concebido para esta crisis catastrófica- no tendrá otro efecto que sepultar la producción nacional en el ostracismo. El modelo económico está agotado.


El barco está a la deriva y el capitán pretende permanecer frente al timón cueste lo que cueste.


Horas antes del primer sacudón del día de ayer, el presidente anunciaba con bombos y cornetas el adelanto de "todos los fondos necesarios” para devolverle la confianza a los mercados. Es claro que el efecto fue contrario. Paralelamente, la CGT anunciaba una Huelga General de 24 horas para el 25 de septiembre; las dos CTA, de 36 horas con movilización el 24 del mismo mes. En el interior, los conflictos sectoriales estallan a cada momento. La Clase Trabajadora en todas sus expresiones no piensa retroceder ante la profundización de una crisis que no generó y que los dueños del Capital pretenden hacerle pagar. La impactante movilización de las federaciones universitarias del día de hoy que, bajo una fuerte tormenta, avanzaba con paraguas y banderas hacia la Plaza de Mayo en defensa de la Universidad Pública.


La sudestada se abre camino... acumula caudal y crece con la potencia. El Río de la Plata, hijo de más de dos siglos de luchas, de revoluciones y contrarrevoluciones, agita sus aguas revueltas.


El enojo popular con el proyecto oficial se torna en desprecio; más tarde, en furia. El deseo es ostensible: El pueblo quiere retomar los destinos de la Argentina dependiente. Las jornadas de lucha que vendrán crecerán en número y potencia. De la misma manera, el gobierno opondrá a la voluntad del Pueblo toda la fuerza de sus herramientas de combate: la prensa y la represión.


Se vienen tiempos difíciles. El Pueblo ha sido violentamente agraviado por mucho tiempo. Las cárceles, las salvajes represiones , las injurias mediáticas y amenazas gubernamentales han forjado en la conciencia colectiva de la masa sufriente un rechazo de proporciones que aún desconocemos. Del mismo modo, la lucha activa en las fábricas, los talleres, las barriadas populares, los organismos públicos, las calles de cada ciudad del país, han forjado en las organizaciones populares una experiencia que las ha hecho crecer cualitativa y cuantitativamente. Se deberá actuar con responsabilidad e inteligencia. La unidad y la organización deberán primar por sobre toda bandería secundaria si se pretende vencer, y en esto será el Movimiento Obrero quien tendrá mucho que decir. Son nuestras organizaciones sindicales quienes han demostrado una madurez y una responsabilidad inquebrantable a la hora de defender de las garras rapaces de las bestias, no sólo los intereses profesionales de sus afiliados, sino y por sobre todo, el interés de la Nación como entidad soberana. Serán nuestras organizaciones quienes deberán conducir el proceso de unidad en esta etapa. El sector político-partidario y sus organizaciones, hasta ahora tan alejados de la realidad y del pueblo, deberá estar -esta vez sí- a la altura de las circunstancias y plegarse a la lucha activa dirigida por la Clase Trabajadora, con la humildad necesaria que este tiempo requiere. De lo contrario, causarán un daño profundo a la Nación y al pueblo que han jurado defender.


El gobierno muestra su mayor grado de debilidad desde su asunción en diciembre de 2015. A partir de ahora, se acabó la Cortina de Hierro mediática. A partir de ahora, los argentinos y argentinas comenzaremos a discutir los grandes problemas de la Nación. Pero si esto es cierto, no es menos cierto que el proyecto oligárquico no está derrotado. Será responsabilidad del Campo Nacional Popular trabajar duramente para lograr dar vuelta la tortilla, que los y las pobres coman pan, y los ricos...

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