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MEMORIA HISTÓRICA

LA MEMORIA HISTÓRICA, APUNTALA Y ESTRUCTURA EL FUTURO DE LOS PUEBLOS

Por: Jorge Rachid


Unitarios y federales, civilizados y bárbaros, porteños y provincianos, personalistas y antipersonalistas, peronistas y gorilas, así está escrita la historia en términos binarios, titulada pero no interpretada, ni mucho menos comprendida, ante el ocultamiento mitrista de la visión de los vencedores corruptores de Pavón.


Los federales que siempre vencieron en los campos de batallas del siglo XlX, siempre fueron estafados, manipulados o corrompidos en las mesas de negociaciones de Pactos siempre incumplidos, por los dueños del poder económico. Ambas Cepedas como dice el Himno Nacional, Caseros y Pavón vieron caer las prepotencias oligárquicas en sangre derramada, pero erigidas nuevamente en la siempre generosa negociación integradora de los federales, para construir una Patria Grande.


Artigas sufrió la manipulación de Alvear y Sarratea con Ramirez y López que firmaron San Nicolás después de la primer Cepeda, Urquiza dio la espalda al federalismo con el Pacto de San José frente a Mitre después de Caseros, incumplido en Pavón con una nueva traición del primer presidente de la Confederación. Fueron ahí los hermanos José y Rafael Hernández, Evaristo Carriego, Querencio y el mismo Alberdi quienes denunciaron y el Chacho quien derramó su sangre en manos del oriental Irrazabal, enviado a ser degollado por Sarmiento jefe de Policía y Mitre ya en el poder, dueño del diario La Nación, ejecutor de la matanza de Quinteros con 300 federales, degollados durmiendo.


Hoy, el odio derramado por los enemigos de la Patria son los mismos que entonces, con otros métodos, pero con las mismas consecuencias de dolor social y muerte que en cada etapa de la vida nacional. La sangre siempre la misma, la de los pobres, postergados, humildes y desposeídos, que cargan sobre sus hombros la desolación de una riqueza argentina, saqueada por los dueños del poder, aliados en el siglo XlX al Imperio inglés, hasta la mitad del siglo XX y luego encadenados a los dictámenes y órdenes del Imperio emergente de la segunda guerra mundial: EEUU.


No dudaron en cada una de las etapas de la vida política, de matar, bombardear, fusilar, encarcelar, perseguir, desaparecer, exiliar siempre en nombre de la “libertad, la democracia, las instituciones, la modernidad, la globalización , el libre comercio, la libre navegabilidad de los ríos interiores, de integrarnos al mundo”, entre otros enunciados tan grandilocuentes como vacíos a la hora de los intereses de los pueblos.


Ese odio instalado permite generar el miedo, incertidumbres sobre el futuro propio y de los hijos, impide planificar, desorganiza la vida social, todas cuestiones que son funcionales a los planes de dominación y sometimiento que impone el Imperio para garantizar sus intereses estratégicos, para lo cual instalan gobiernos títeres y personajes que prefieren la comodidad colonial a los esfuerzos de la lucha por la descolonización emancipadora.


Fueron a lo largo de la historia, innumerables los casos de los personajes que “no resistieron un cañonazo de un millón de dólares”, al decir del General Cárdenas en México y que podríamos agregar en términos nacionales “ni tampoco un carpetazo”. Siempre existirá la extorsión y la claudicación, que algunos llaman traición. La única traición a la Patria, fue esgrimida siempre por los enemigos de la Patria, así fueron declarados traidores San Martín por Rivadavia, Artigas por Posadas y Alvear, Rosas por Mitre, Perón por Aramburu y Cristina por Macri y Bonadío.


Como vemos los verdaderos traidores a la Patria flamean el odio a los que luchan por la Patria, en un ensayo de falsas noticias, tan en boga en estos tiempos, usada como herramienta de disciplinamiento social junto a la Teoría del Caos, necesaria para instrumentar sus planes de dominación y colonización funcional al Imperio de turno, de la mano del cipayaje local siempre dispuesto.


El Movimiento Nacional y Popular, con eje en el peronismo, el movimiento obrero y los movimientos sociales, es una valla insuperable para esos planes, como lo fue en cada etapa en los últimos 70 años que “ellos” denominan de retraso y nosotros de Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política. De ahí las batallas que se vienen dando y se avecinan, porque el Imperio no cejará en su intento, nosotros no cederemos en la defensa de la Patria y las elecciones, sólo serán una batalla más, en el largo camino de la Liberación Nacional que emprende cada vez más fuerte el Pueblo Argentino.

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