LOS PUEBLOS DE AMÉRICA LATINA, COMIENZAN A DESALAMBRAR LA PRESIÓN DE EEUU SOBRE SUS SOBERANÍAS
Por: Jorge Rachid
Desde hace años, el imperio americano ha decidido alambrar su “patio trasero”, ante el avance del mundo multipolar que disputa su hegemonía y la pérdida consecutiva de espacios de influencia a nivel internacional.
Esa práctica neocolonial, implementada por un diseño estratégico de destrucción de procesos populares, que no sólo limitaron su influencia sino que hirieron sus intereses, desde el UNASUR, la CELAC, el Mercosur y las políticas desarrolladas por los gobiernos populares, surgidos democráticamente del voto popular y combatidos sistemáticamente por los lacayos colonizados por EEUU.
Esa mecánica, que en el siglo XlX fue desarrollada para fragmentar la Patria Grande por Inglaterra, al desplazar a España de su colonización primaria y desarrollar una política imperial de control económico social. Al calor de la disputa de espacios de poder EEUU en ese siglo ocupó México, se quedó con Cuba a fines del mismo y diseñó sobre América central su primer espacio de neocolonialismo, ocupando Puerto Rico y controlando Haití.
Pero el siglo XX fue el que tuvo las mayores confrontaciones entre procesos nacionales y el control imperial de EEUU. Así fueron ahogados los gritos independentistas de Gaitan en Bogotá, Colombia, Torrijos en panamá, Caamaño Deno en Dominicana, Perón, Allende por la violencia, y la cooptación de procesos populares como Paz Estensoro en Bolivia, Haya de la Torre en Perú, la presión sobre Getulio Vargas y su suicidio en Brasil, más las ocupaciones de Guyana, Panamá, Haití, los intentos de invasión a Cuba, y la presencia militar y el golpismo de la escuela de las Américas, fábrica de dictadores asesinos de sus propios pueblo..
En este siglo XXl la táctica del Consenso de Washington fue la “democracia limitada al Mercado”. Todo país que no aceptaba al Mercado como ordenador social, era sometido a la presión destituyente del interés de EEUU a través de sus aliados locales, que instrumentaron las políticas necesarias, para sacar de los gobiernos a los procesos populares democráticos, por herramientas combinadas de golpes de Mercado, combate comunicacional internacional y jueces entrenados para perseguir dirigentes populares bajo el amparo de combatir “la corrupción”, que cuando existió fue instrumentada por los dueños del poder económico, al servicio de EEUU, que terminó adquiriendo sus empresas, en algunos casos monopólicas.
Estas políticas de dominación se completan con procesos de ajustes brutales sobre los pueblos, pérdidas de soberanías nacionales, endeudamientos críticos, bases militares de EEUU, explotación de recursos naturales estratégicos de los países, contaminación y desertización de la tierra, primarización de las economías, desocupación creciente y dolor social inmenso, acompañado de diáspora y muerte.
Cuando los pueblos reaccionan a los bloqueos, a las presiones, a las tarifas entonces la política sumisa y cipaya saca a relucir la “defensa de las instituciones”, las mismas que pisotearon en nombre del Mercado, además de lo “políticamente correcto” y de la paz social, que para esas políticas de dominación, es la de los cementerios, el silencio atronador del miedo provocado, como práctica habitual del odio como instrumento político de control social.
Cuando los pueblos se expresan son manifestaciones masivas, inorgánicas, espontáneas, que van tornando a la violencia a medida que aumenta la represión, porque en definitiva toda lucha en las calles, es una lucha por la Liberación Nacional. Cuando el Imperio agita fantasmas como en Bolivia o Venezuela, en Brasil o en nuestro país, son expresiones orgánicas de sectores concentrados del poder convocando a la lucha por la “República”, contra los negros, los alienígenas, el los cabecitas negras.
Civilización y barbarie reeditada en el siglo XXl, en la expresión de Scalabrini Ortiz: “el subsuelo de la Patria sublevada” en contestación al “aluvión zoológico” del oligarca Sanmartino. Patria o Colonia reeditada en el presente de procesos comunes de los países de la Patria Grande, en su lucha por desalambrar la presión imperial en nuestro continente, en un nuevo tiempo que deberemos defender desde una posición filosófica americana, morena, profunda, mestiza, criolla que ubica al hombre y la naturaleza como eje de construcción de los modelos solidarios, que son parte de nuestra cultura de paz, que siempre expresó el peronismo y hoy proclama Francisco.
Los pueblos constituyen el único sujeto histórico que construye los nuevos paradigmas del futuro y los defiende con sus luchas desde la Comunidad Organizada, fortaleciendo el poder popular emancipatorio, de cualquier dominación extranjera.
PRIMERO LA PATRIA
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