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DE COMUNICADOS, ZONCERAS Y GRANDES OBJETIVOS












"Figuraos que el automóvil en que viajáis es detenido por unos bandidos armados. Les dais el dinero, el pasaporte, el revólver y el automóvil; pero, a cambio de ello, os veis desembarazados de la agradable vecindad de los bandidos. Se trata, evidentemente, de un compromiso Do ut des (“te doy” mi dinero, mis armas y mi automóvil “para que me des” la posibilidad de marcharme en paz). Pero difícilmente se encontraría un hombre cuerdo capaz de declarar que semejante compromiso es “inadmisible desde el punto de vista de los principios” o de denunciar al que lo ha concertado como cómplice de los bandidos (aunque éstos, una vez dueños del automóvil y de las armas, puedan utilizarlos para nuevos pillajes) (...) Es preciso saber analizar la situación y las circunstancias concretas de cada compromiso o de cada variedad de compromiso. Debe aprenderse a distinguir al hombre que ha entregado a los bandidos su bolsa y sus armas para disminuir el mal causado por ellos y facilitar su captura y ejecución, del que da a los bandidos su bolsa y sus armas para participar en el reparto del botín. En política, esto dista mucho de ser siempre tan fácil como en el ejemplillo de simplicidad infantil. Pero sería sencillamente un charlatán quien pretendiera inventar para los obreros una receta que diese por adelantado soluciones adecuadas para todas las circunstancias de la vida o prometiera que en la política del proletariado revolucionario no han de surgir nunca dificultades ni situaciones embrolladas.”

Vladimir Lenin (La enfermedad infantil del Izquierdismo en el Comunismo)



A veces, dar un paseo por la calle ayuda a pensar con claridad. Sobre todo si consideramos la agradable brisa que recorre los barrios del Sur Porteño.

El revuelo en torno al comunicado de Cancillería en derredor de lo acontecido en Venezuela tiene su justificación. Hay que discutirlo. Y se está discutiendo.

En primera instancia, la discusión y la crítica es señal de buena salud. Eso, antes que nada.

Vayamos al punto.


Se han dicho muchísimas cosas en torno al tema en cuestión. Más nos parece pertinente sacar a flote algunos puntos importantes.


Por un lado, que el comunicado fue apresurado, no hay dudas. La "preocupación" del gobierno argentino en derredor de los descuidos del gobierno bolivariano hacen ruido, considerando otros eventos que se suscitan en el mundo y de los cuales la Cancillería no se ha hecho eco. En este punto, honestidad obliga, cabe señalar que en términos generales, la política internacional del gobierno popular se encuentra bien rumbeada y expone, siempre que puede, planteos sólidos en dirección correcta. Dicho esto, consideramos apresurados los calificativos de Cancillería en derredor de un suceso complejo.


Sin embargo, cabe señalar que la Argentina se encuentra en términos geopolíticos -al menos regionalmente- aislada y extremadamente vulnerable. La solidez geopolítica del país en tiempos de CFK ha sido reemplazada por un contexto absolutamente distinto. El sobrendeudamiento nacional a manos del Capital Trasnacional y la delicada situación regional hacen de la Argentina una nación de extrema vulnerabilidad. En tal sentido, confrontar directamente con el Gran Tirano del Norte resulta inviable si de lo que se trata es de que el gobierno peronista cumpla su primer aniversario. La protección brindada por la Argentina al presidente Boliviano depuesto Evo Morales, así como las acciones diplomáticas previas llevadas a cabo a fin de salvar su vida y la de su equipo; su posicionamiento en pos de reconstruir la unidad regional (UNASUR, CELAC); el desalineamiento del país del Grupo de Lima, así como la participación del presidente en el anti-neoliberal Grupo de Puebla y su alineamiento con fuerzas Nacional Populares como el gobierno mexicano de AMLO; el apoyo a Lula, perseguido político del Régimen de Bolsonaro; sus férreas críticas hacia las violaciones de los DDHH en Chile –hecho que valió al presidente las críticas de su par chileno– y Bolivia, y más recientemente la quita de las credenciales diplomáticas a Eliza Trotta Gamus, designada “Embajadora en Argentina” por el autoproclamado presidente Juan Guaidó –hecho que indica a las claras el reconocimiento de Nicolás Maduro como único presidente legítimo de Venezuela– trazan un rumbo que el imperialismo bien conoce y que ha de responder en cualquier instante.


Visto desde esta perspectiva, si de lo que se trata es de respirar un poco de aire para seguir adelante, la acción diplomática del FDT refiere más al perfil estratégico de la Cancillería Argentina que a otra cosa. Empero, el gobierno deberá poseer la prudencia suficiente para no ser subsumida por una nación que no admite aliados. Estados Unidos no agradecerá gesto alguno si la Argentina presenta un riesgo para sus planes para la región. Sabemos que al interior del Movimiento existen sectores cuyo principismo obstruye la visión en torno a los pasos que se han dado y al riesgo que suscita un torpe enfrentamiento con una potencia que, en el contexto actual, nos aplastaría despiadadamente sin posibilidad de defensa alguna. Sabemos también de sectores del riñón propio cuya miopía en derredor de la Cuestión Iberoamericana impide dividir las aguas y postularse ante lo que es indudablemente una intromisión indisimulada de los Estados Unidos en la región. El arte está en encontrar una síntesis lo suficientemente sólida para avanzar sin que “apresurados” y “retardatarios” obstruyan el rumbo adoptado desde el 10 de diciembre de 2019.


En el hervidero en el que vivimos, rodeados de enemigos de afuera y de adentro, poner paños fríos a situaciones confusas es tarea de la dirigencia. Un comunicado oficial del Partido Justicialista, posicionándose en derredor del tema que tratamos hubiera sido más que oportuno para ordenar el cambalache. Si la dirigencia permanece pasiva, deberá ser la militancia quien opere sobre los sectores dispersos. El problema nace cuando hasta la militancia no es capaz de apreciar la realidad tal como se muestra. El tema " Venezuela" divide a parte de la representación Nacional Popular: "Nación asediada por el Imperialismo" o "gobierno despótico que debe revisar sus graves faltas a los DDHH". A los fines de este análisis, nos proponemos observar lo acertado o no del comunicado de Cancillería y sus repercusiones al interior del Campo Nacional. En este sentido, hemos señalado tanto la imprudencia del mensaje oficial como de algunas voces relevantes del riñón propio. Decir que el gobierno "se alineó con los EEUU", –como ha dicho un conocido periodista– es pecar de inocentes, por no utilizar otros calificativos impropios. Bastará con observar los dichos del Sr. Miguel Pichetto al respecto:


“No es suficiente la declaración oficial de Argentina sobre Venezuela. Es muy difícil mantener una tercera posición frente a dictaduras como la de Maduro”; “La toma de la Asamblea y el haber impedido el ingreso de diputados opositores son la continuidad de otros actos contra la democracia y los derechos humanos en Venezuela, como las torturas, muertes y desapariciones”; “Parece poco consistente por parte del gobierno argentino llamar a recupera la normalidad democrática en Venezuela, porque hace tiempo que no hay democracia en ese país”; “No me parece bueno no haber acompañado la declaración del Grupo de Lima. Más temprano que tarde, el presidente Fernández deberá priorizar los intereses nacionales, alejarse definitivamente de Maduro y de Evo Morales, y fortalecer la relación con Brasil y con Estados Unidos”.

¿Por qué el gobierno argentino no acompañó el comunicado del Grupo de Lima? Porque dicho bloque regional es un riñón del Capital Trasnacional, un intento más de los Estados Unidos de conformar bloques regionales dependientes del Departamento de Estado Norteamericano. Por el contrario, siguiendo la mejor tradición peronista, Argentina se ha postulado como nación soberana en derredor de un hecho acontecido en la región. Que se comparta o no dicho comunicado –lo repetimos, consideramos el mismo impropio al menos en cuanto a lo prematuro del mismo– no implica que el haya sido “escrito desde el Pentágono”.


Como hemos dicho, la actuación geopolítica de la Argentina en la gestión Fernández ha sido y es, en términos generales, acertada. Los puntos de autodeterminación nacional e integración continental expresados por Alberto Fernández en reiteradas ocasiones son los pilares de una mirada del mundo desde el país que debe ser apreciada. La Oligarquía vernácula y el Gran Capital Trasnacional han declarado la guerra contra el Peronismo; como en 1946, el conjunto de las fuerzas políticas del orden Demo-Liberal se encuentran prolijamente abroqueladas; las instituciones del orden liberal conservador ya han comenzado a operar sobre los sectores medios y altos, estimulando su latente histeria en función de sus espurios intereses. En este sentido, “ofenderse” con el gobierno por un movimiento táctico más claro que el agua habla de un infantilismo zonzo que debe ser corregido. Acá, de lo que se trata es de lograr los objetivos trazados para el Pueblo, la Nación y la región. En ese rumbo, las tácticas empleadas son diversas. El Peronismo es, en este momento, el más importante Movimiento Popular al frente de un gobierno en la región suramericana. De su supervivencia depende el conjunto de los pueblos hermanos, incluido el venezolano. Asimismo, poner en riesgo la continuidad del Campo Popular en el gobierno argentino lesionaría gravemente las posibilidades de subsistencia del gobierno popular de López Obrador en México, la otra gran nación iberoamericana en conflicto.


Ha dicho Mao Tse Tung: “Si nuestra tarea es cruzar un río, no podemos hacerlo sin un puente o una embarcación. Mientras no se resuelva el problema del puente o de la embarcación, será ocioso hablar de atravesar el río. Mientras la cuestión de los métodos no esté resuelta, será inútil hablar de las tareas”.

De la concreción de los grandes objetivos de la Argentina depende el destino de Iberoamérica. La única voluntad que ha defendido hasta ahora el gobierno de Fernández no ha sido otra que aquella que mana del Pueblo. La reacción encaramada de la Oligarquía vernácula habla a las claras de nuestros aciertos.


Ha llegado la hora de pensar en clave nacional. Comencemos por casa.


Camilo Porto Rojas | Línea Nacional Popular

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