Bastante agua ha pasado debajo del molino en estos casi tres años de gobierno gorila.
* CPR - Central de Trabajadores/as de la Argentina
La CRISIS económica y social avanza a pasos acelerados en todos los sectores de la vida nacional, abriendo focos de conflictos sociales por doquier.
Así como nadie escapa a la arrolladora fuerza de la verdad, nadie podrá ignorar que, mientras los sectores político-partidarios del movimiento se batían en duelo entre acusaciones de traición y de sectarismo, el Pueblo Trabajador no esperó sentado. Salió a pelear. Salió a resistir.
Pero han pasado dos años y nueve meses. Y ya nadie puede negar las virtudes del sindicalismo argentino, quien ha demostrado una responsabilidad insoslayable; no con la "gobernabilidad" de los fusiladores del 55 como muchos diputados y diputadas "o-positores"'; no con tal o cual tendencia política dentro del movimiento. La Clase Trabajadora ha asumido la responsabilidad de afrontar la unidad y la organización para la lucha por ella misma y en defensa de la Patria.
Decía Perón a los sindicatos en un discurso del 10 de octubre de 1945 brindado en las puertas de la Secretaria de Trabajo y Previsión:
"Recuerden que SOLO PUEDEN CONFIAR EN SÍ MISMOS y que la emancipación de la Clase Obrera ESTÁ EN EL OBRERO MISMO."
Tal enseñanza ha tenido que ser aprendida por los trabajadores y trabajadoras del siglo XXI de la manera más dolorosa, viendo como los sectores de la “Rama Política” del campo nacional popular se partían las sillas en la cabeza mientras la Oligarquía hambreaba a sus hijos e hijas.
Hoy, la situación ha cambiado, e importantes sectores del peronismo avanzan hacia una coalición electoral en franca unidad. Asimismo, la comprensión de que sólo la Unidad de un frente nacional coaligado con el Movimiento Obrero organizado y los movimientos sociales podrá torcer el rumbo neocolonial impuesto desde afuera y aceptado mansamente por los administradores gubernamentales de turno, va calando hondo en la mayoría de los sectores. La crisis económica del modelo agroexportador y especulador financiero se ha traducido en crisis política expansiva para el gobierno de las minorías. ES MOMENTO DE TOMAR EL BASTÓN DE MARISCAL Y AVANZAR. Pareciera que el conjunto de los sectores comprende bien esto.
Sin embargo, existen cuentas pendientes.
La Rama Política del movimiento tiene todavía muchas cosas que remendar. Para empezar, su participación en las gestas populares protagonizadas por el Movimiento Obrero. Es ostensible que las columnas de las agrupaciones han decaído en volúmen desde el 10 de diciembre de 2015 a la fecha. Por otro lado, NINGÚN SECTOR SALE DEL MERO ANÁLISIS SINTOMÁTICO DE LA SITUACIÓN NACIONAL. Pareciera a veces que las cámaras de televisión asistan a la dirigencia cuando se la interroga al respecto de los grandes temas que aquejan a la nación: qué hacer con la deuda externa, qué hacer con los ferrocarriles, qué hacer con la energía en manos de privados, qué hacer con los recursos naturales, qué hacer con los grandes consorcios. La respuesta ya la hemos dado los trabajadores en nuestros programas. Tanto la CTA como la CFT-CGT hemos dicho: "nacionaliza de los resortes fundamentales de nuestra economía", "estatización de los servicios públicos", "administración del tipo de cambio y fuga de capitales", "acceso a tierra, techo y trabajo", "ley de medios de comunicación social", "desarrollo de recursos hídricos", "plan energético soberano", "intervención estatal en la economía", "desarrollo pleno de la industria nacional", "reforma constitucional que destruya las relaciones desiguales de poder y vierta la tabla en beneficio del Pueblo".
El programa de los 27 puntos de la Corriente Federal de Trabajadores, los postulados de las CTA y los aportes de la Economía Popular van en esa dirección.
Resta esperar que los distintos sectores políticos se nutran de estas demandas y salgan a plantear un programa verdaderamente nacional, popular y latinoamericanista con los virtuosos aportes del feminismo popular que han calado profundo en la totalidad de nuestras organizaciones, para recuperar el país de las garras del poder financiero y la parasitaria oligarquía contumaz.
La Clase Trabajadora estará dispuesta a acompañar, pero si se la representa en su amplia totalidad y se la toma como referencia a la hora de reconstruir la nación.
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