Diez puntos en derredor de la movilización social contra el FMI
Por: Camilo Porto Rojas | Línea Nacional Popular
Varias objeciones se han hecho al accionar de las organizaciones de la Economía Popular por su posición de marchar hacia el Congreso.
Recuerdo como una imagen fotográfica uno de los pasajes del Martín Fierro que me vienen a la cabeza en estas horas:
"Y con esto me despido sin espresar hasta cuándo. Siempre corta por lo blando el que busca lo siguro. Mas yo corto por lo duro, y ansí he de seguir cortando. / (...) Es el pobre en su horfandá de la fortuna el desecho, porque naides toma a pechos el defender a su raza. Debe el gaucho tener casa, escuela, iglesia y derechos. / (...) Mas Dios ha de permitir que esto llegue a mejorar, pero se ha de recordar, para hacer bien el trabajo, que el fuego pa calentar debe ir siempre por abajo."
La movilización social contra la comitiva del FMI convocada por la UTEP el 12 de febrero molestó, o al menos inquietó a ciertos sectores del riñón propio. Las razones son varias y, en función de sostener la unidad necesaria para los conflictos que se vienen, hemos decidido dejar su análisis para otra ocasión. Sin embargo, es preciso destacar que, habiendo recorrido los portales de los principales medios opositores, más allá de cierto intento trasnochado de Clarín de instalar en uno de sus artículos que para los movimientos populares el discurso de Guzmán fue "aburrido", no se encontrarán mayores intenciones de calificar a la medida como "opositora" al gobierno de Alberto Fernández. Por el contrario, la masividad de la misma fue deliberadamente oculta, anteponiendo en su lugar a la marginal convocatoria del FIT y demás hierbas a Plaza de Mayo.
¿Por qué entonces ha inquietado a algunos/as compañeros/as la medida de las trabajadoras y trabajadores de la Economía Popular? Creemos que por simple desconocimiento. En tal sentido, nos hemos propuesto abordar el tema en forma sintética trazando diez puntos que consideramos relevantes para comprender lo ocurrido el 12 de febrero.
Allí vamos:
1) La Unión de Trabajadores/as de la Economía Popular (UTEP), de reciente fundación, es el primer SINDICATO de este sector en -me atrevería a decir- todo occidente. El día de hoy, con la llegada del FMI a la Argentina, ha demostrado su capacidad de movilización. Los resultados son contundentes: SÓLO con la presencia de UTEP, el Congreso y sus alrededores se vieron absolutamente COLMADOS.
2) La enorme potencia de esta organización gremial naciente es la expresión palpable de las condiciones sociales que hoy reinan en nuestro país.
3) Ninguna fuerza política podrá ignorar tamaña demostración de fuerza. Eso, para la Argentina, es altamente saludable. Fortalece, en tanto descentraliza necesariamente la concentración de decisiones en el poder político.
4) La MOVILIZACIÓN SOCIAL, cuando es liderada por los sectores populares, NO ENTRA EN CONTRADICCIÓN con las gestiones que viene desarrollando el gobierno nacional; LAS FORTIFICA. Todo aquello que no han podido decir nuestros cuadros técnicos por sus responsabilidades institucionales, lo ha dicho la expresión MÁS RADICAL de la pobreza en nuestro país: la UTEP.
5) En su rol estrictamente gremial, la retórica de la dirigencia social no ha dicho ni hecho nada que contraríe las PRIORIDADES que el gobierno de AF viene sosteniendo: privilegiar ÚNICAMENTE a los pobres por sobre el conjunto de la comunidad.
6) La diferencia radica en el rol que ocupa cada actor: el GOBIERNO NACIONAL representa al CONJUNTO de las y los argentinos, por lo que debe orientar su retórica hacia expresiones tales como la "solidaridad"; la UTEP, en tanto sindicato de las y los excluidos -entiéndase el término en toda su dimensión- PRIMERO, BREGA POR SUS INTERESES SECTORIALES.
7) Dichos intereses coinciden, al menos en este primer tramo, con los intereses de la Nación, toda vez que en términos estrictamente económicos, dada la inconmensurable masa de excluidos en nuestro país, el mejoramiento económico de éstos implica un crecimiento del mercado interno de proporciones únicas. Habida cuenta de ello, la prioridad deben ser inexorablemente los pobres. A diferencia del viejo apotegma neoliberal que postula el "derrame" de la "copa", la realidad, tanto en nuestros países como en las naciones del Primer Mundo, indica que sólo con la recuperación primaria de los sectores subalternos se podrá alcanzar un bienestar pleno en el resto de las clases sociales.
8) La AUTONOMÍA de las Organizaciones Libres del Pueblo puede asustar en ciertos sectores del Movimiento Nacional. Todo aquello que no pueda ser controlado es, por naturaleza, un factor conflictivo en el seno de la Clase Política. Más dicha característica de nuestros movimientos populares no debe entenderse bajo ningún punto como una derivación del APOLITICISMO predicado por los profetas del "fin de las ideologías".
9) El General Perón bien comprendió dicha tendencia de las organizaciones populares. En tal sentido, aseveró en 10 de octubre de 1945 que "los trabajadores sólo DEBEN CONFIAR EN SÍ MISMOS y recordar que la EMANCIPACIÓN de la Clase Obrera ESTÁ EN EL OBRERO mismo. Esta proclama traza una tradición profunda en cuanto a la autonomía de la Clase Trabajadora que, a pesar de acompañar activamente a quienes les han sido leales, jamás se han caracterizado por una organicidad miliciana. En la articulación de las fuerzas de las Organizaciones Libres del Pueblo y los gobiernos populares se ha encontrado siempre el principio angular del éxito de las fuerzas nacional populares.
10) La potencia política y social de las Organizaciones Libres del Pueblo son la principal herramienta de la Argentina para torcer el rumbo de la Factoría Pampeana pergeñado por la sinarquía internacional. Sin el Pueblo organizado, ni el Peronismo ni la Nación son nada más que campanas de palo en la historia universal. La coalición Pueblo - Gobierno será lo único que posibilitará la victoria frente al agresor foráneo. Todos nuestros esfuerzos deben estar orientados en dicho objetivo: "estructurar nuestras organizaciones y hacerlas tan poderosas para que un día sean insensibles".
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