Por: CPR | LNP
Conjuntamente con la decisión de anular la clasista "Doctrina Chocobar" que habilitó durante los últimos años a las FFSS a actuar sin restricciones contra la comunidad, la ministra de Seguridad Sabina Frederic dispuso el cambio de mando del conjunto de las Fuerzas de Seguridad y la revisión de la actuación de Gendarmería en los casos Nisman y Santiago Maldonado.
Con sus primeros pasos, Frederic da muestras de la voluntad del gobierno del Frente de Todos de retomar la conducción política de las FFSS, hasta hoy actores autónomos. Amparadas en la protección irrestricta de la ex ministra Patricia Bullrich Luro, las Fuerzas de Seguridad han actuado como verdadera "guardia pretoriana" del orden liberal oligárquico. Bajo la filosofía del "dejar hacer; dejar pasar", han cometido los mayores crímenes jamás vistos desde el retorno a la Democracia, aún excediendo los márgenes de la década neoliberal. Santiago Maldonado, Rafaél Nahuél, Marcos Soria y Rodolfo Orellana son tan solo 4 casos testigos de la reacción clasista y criminal que combatió con violencia radical las protestas sociales durante los últimos 4 años.
La gestión Bullrich Luro se encuadró sin miramientos en la experiencia unitaria pos-Caseros. Sus medidas exudaban espíritu mitrista. Con posicionamientos mesiánicos, restauró la "guerra de policía" contra el criollo. Al escuchar sus expresiones, podrá notarse en el pensamiento de la ex ministra un parentesco inusual con Sarmiento. La "opción preferencial por la violencia" profesada por Bullrich Luro se asemeja a la predilección del tremendo sanjuanino por las formas más brutales de combate. El efecto buscado es en ambos sujetos el mismo: aterrorizar a la masa, dominarla mediante el horror desde la cabeza hasta los músculos.
Es bien sabida la relación de Patricia Bullrich con los órganos foráneos de inteligencia. A través del Ministerio de Seguridad, los enemigos de la Nación han podido seguir de cerca a decenas de dirigentes políticos. No había pues "secretos" para el Departamento de Estado norteamericano, pues de él dependía, como un organismo más de los Estados Unidos, el Ministerio de Seguridad de la Nación.
Aplaudida y condecorada por los altos mandos de la Gendarmería Nacional, Patricia Bullrich Luro brindó un impagable servicio a la causa de la Oligarquía Pampeana en su lucha contra las grandes mayorías nacionales.
El andar del gobierno peronista viene dando muestras de solidez. El área de seguridad es un punto relevante de cara a los días venideros. Un descuido puede costar demasiado. En este sentido, reducir los pasos en falso resulta indispensable. Los primeros actos de la flamante ministra dan cuenta de la plena conciencia del gobierno acerca de los conceptos vertidos.
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