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REFLEXIONES | "La única verdad..."

Actualizado: 12 abr 2020




Ante la derrota popular del 24 de octubre a manos de la Oligarquía y el FMI, y habiendo establecido, escuchado y leído diversos diálogos entre compañeros y compañeras de diversos sectores, surgen las siguientes reflexiones:


A raíz de la derrota de la resistencia popular a manos de las fuerzas represivas en el Congreso Nacional y la posterior aprobación del Presupuesto 2019, una fracción considerable de la militancia (y partidarios nacional populares) se encuentra desmoralizada. Dichos sectores han visto con desaprobación el repliegue sindical y de los movimientos sociales frente a las balas y gases argumentando que "había que quedarse igual".


Paralelamente, surge en otra fracción de estos grupos decepcionados la ridícula idea de que "movilizar no sirve", en tanto los costos políticos de los "disturbios" los pagará el campo popular. En reemplazo de las "inservibles" movilizaciones, se propone un "activismo" más prolijo y efectivo en las redes, acentuar el discurso opositor en "nuestros medios" y realizar más paros generales ya que "la calle vacía molesta más que 100 mil personas frente al congreso".


Sonará curioso señalar que la inmensa mayoría de los sectores mencionados no concurrieron -por diversas razones- a la movilización convocada por la Clase Trabajadora; tampoco a las jornadas del 14 y 18 de diciembre, las cuales terminaron con resultados similares.


Se observa -parece una obviedad- que ninguna de las afirmaciones antes vertidas se basa en fundamento alguno, sino mas bien en apreciaciones basadas en emociones momentáneas. La carencia de elementos firmes para el estudio de la realidad conlleva a conclusiones erradas y, por consiguiente, a acciones equívocas:


"Los hombres proceden tan bien como estén bien informados. Una situación equivocada conduce a errores en la apreciación y en los hechos." (Juan D. Perón, 1952)

La inmensa mayoría de estos sectores tienen en común una confesa desconfianza hacia los sindicatos (algunos de ellos, a pesar de estar sindicalizados) y los movimientos sociales, comparten una adhesión profunda por los últimos 12 años de gobierno peronista (2003-2015) y por ende un claro desprecio hacia la gestión liberal conservadora que gobierna nuestros destinos desde el 10 de diciembre de 2015. Muchos de ellos han tenido (o tienen) una militancia activa en las agrupaciones político partidarias del gobierno anterior; otros, fervorosos adherentes sin una militancia orgánica. Activos participes de las grandes movilizaciones producidas en el período llamado "kirchnerista", hoy por hoy descreen que la movilización social o la militancia activa tenga algún resultado real más allá de la liturgia y la mística. Padecen un profundo sentimiento de nostalgia hacia los "buenos tiempos" y descreen que aquel país maravilloso pueda volver en el corto plazo.


En este sentido, el microclima de decepción frente al país actual y la añoranza hacia el pasado forjan en estos sectores -mayoritariamente medios- un profundo rencor hacia el Pueblo, al que culpan por "ignorante" (en el mejor de los casos) de la hegemonía de "la Derecha", y una clara desconfianza hacia sus organizaciones porque "no hacen nada" para volver a "los días más felices".


Esta angustia patológica no se traduce -como en otros tiempos- en la movilización de los sectores medios en su deseo de suplantar las "viejas" organizaciones sindicales, sino en una notoria desmovilización. La imposibilidad de poder observar la potencialidad de la Clase Trabajadora para la lucha contra la Oligarquía, las decenas y decenas de conflictos que se desatan cada día a lo largo y a lo ancho de los 2.78 millones km² de extensión de nuestro territorio, los altos grados de unidad programática alcanzados por el Movimiento Obrero en coalición con las trabajadoras y trabajadores de la Economía Popular y las innumerables patriadas convocadas por la Clase Trabajadora contra el saqueo del país a manos del gran capital trasnacional permanecen invisibles para estas franjas medias que no ven -ni quieren ver- la revolución que se viene produciendo desde abajo hacia arriba.


En su ansiedad compulsiva y su falta de formación política, quienes ayer veían al presidente "subir al helicóptero" en poco tiempo, lo visualizan hoy entronado in eternum en el Sillón de Rivadavia. Ninguna de las dos realidades es "la verdad": ni el gobierno "se va en helicóptero" por "mandato divino" ni se queda para siempre en la Rosada porque "luchar no sirve". Jamás repararon en el hecho de que los grandes cambios no son producto de las leyes cíclicas; los movilizan los Pueblos con sus luchas y no los manuales de economía.


Se ha dicho que "la guerra es la continuación de la política por otros medios". En la lucha actual podríamos invertir la ecuación. El Pueblo tiene en frente a su enemigo histórico. Las expresiones más organizadas han sido las que les han dado batalla. En el marco de la lucha nacional se han producido incontables derrotas y algunas apreciables victorias. Más cada derrota padecida por el Pueblo no debe ser entendida como el corolario de un proceso, sino como una batalla perdida en un conflicto de envergadura mayor. En los 18 años de proscripción peronista (1955-1973), las victorias podrían ser contadas con los dedos de una mano. Más cada acción llevada a cabo por el Pueblo conducía al desgaste del régimen oligárquico. El retorno del 25 de mayo del 73' no se entiende sin las luchas de casi dos décadas de insurgencia colectiva.


Lo acontecido el pasado 24 de octubre fue la consolidación institucional de la voluntad de una de las partes en conflicto: la Oligarquía al servicio del imperialismo financiero concretó la entrega del país al FMI. En esta instancia de la correlación de fuerzas entre el Pueblo organizado y la Oligarquía, dicho acto podría haberse evitado. Errores tácticos al interior del recinto y la incapacidad coyuntural (no crónica) de la masa movilizada para concretar la presión necesaria para dar vuelta la taba derivaron en una derrota, pero también en un aprendizaje. El sector político, protagonista institucional del debate parlamentario, debía en las instancias previas al tratamiento preparar las mejores condiciones para la lucha política, reafirmar las alianzas pertinentes para asegurar la victoria y abonar el campo de la opinión pública opositora (no oficialista) para que cada argentino y cada argentina haga suya la causa que los bloques parlamentarios opositores pretendían hacer valer: la defensa de la Patria y el freno al ajuste que hambrea al Pueblo. Por su parte, el Movimiento Obrero y los movimientos sociales no presentaron -a mi parecer- el grado de organización colectiva que se vio por ejemplo el 18 de diciembre del año pasado, probablemente por la inmensa cantidad de jornadas de lucha previas al tratamiento del presupuesto.


"La única verdad es la realidad"...

Esta frase histórica del compañero Juan Perón, tan repetida por la militancia popular, apunta a la visualización inteligente y fundamentada de ciertos aspectos de la realidad que se tornan invisibles producto de la zoncera generalizada de los sectores medios incapaces de observar ciertos elementos indispensables a la hora de evaluar la verdad.


Comprender el nivel de fuerza de los actores en pugna es un factor elemental para la lucha política que estamos desempeñando. El gobierno cuenta con más del 90% de los medios del país. Aún así, más del 70% de las argentinas y argentinos permanecen firmes en contra del programa de ajuste oficial. En este marco, la necesidad de unidad, organización y lucha se hacen evidentes. Ni Dios ni los "ciclos económicos" van a cambiar el estado de sumisión colonial en el que vivimos.


Para terminar con estas reflexiones, vale sugerirle a estos sectores "desmoralizados" que salgan a la calle y se organicen. La Clase Trabajadora ha demostrado su responsabilidad inquebrantable a la hora de defender los derechos del conjunto, no solamente los de su clase. Sería bueno que los "desmoralizados" perciban esta situación y dejen de chillar para que otros y otras pongan el cuerpo en defensa de sus propios intereses. Nosotras y nosotros ya lo estamos haciendo. Les invitamos a hacerlo también. Nos serían de gran ayuda.



Camilo Porto Rojas

Linea Nacional Popular




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