SON CONCEPTOS EJES DE LA BATALLA CULTURAL.
Por: Jorge Rachid
Es sabido que las palabras ocupan simbólicamente en el imaginario colectivo, lo que habitualmente llamamos la formación de la conciencia, de la mirada necesaria para que el conjunto de ideas que constituyen la ideología, conforme un visión de conjunto, que se expresa en la política, de diferentes formas.
La formulación o el ocultamiento, tergiversación o el empleo de eufemismos para reemplazarlas, son formas diferentes en las cuales se entabla la batalla cultural, que desde hace años, viene ganando el neoliberalismo como cultura dominante, intentando enterrar la política como instrumento de construcción de nuevos escenarios sociales más justos, en detrimento del Dios Mercado.
Esta es la razón por la que no encontramos en los debates electorales, la reafirmación explícita de los términos que marcan el camino de la Liberación Nacional y por lo contrario se expresan como naturales conceptos como Globalización en reemplazo de Soberanía, Estado como sustituto de Patria y enarbolando el concepto Gente que convoca al mercado y al consumo, en vez de Pueblo que llama a la construcción de un destino común, colectivo y solidario.
En ese camino, que es lucha cultural cotidiana, se deslizan luego las currículas de estudio, el manejo sesgado de la historia, la descripción cotidiana de los acontecimientos, naturalizando situaciones de disciplinamiento social y colonización política.
Ejemplo de esto es la desaparición del tema Soberano de Malvinas de las discusiones políticas y del análisis internacional. El ejemplo de la historia es el ocultamiento del Acta de la Independencia de “las Provincias Unidas de Sudamérica”, suscripta en Tucumán por los congresales alto peruanos, bolivianos y argentinos, escrita en cuatro idiomas: español, guaraní, quechua y aymara. Como se observa el presente y la historia condicionan en sus palabras el futuro y las conductas de los pueblos.
Por esa razón es necesario remarcar la importancia de la batalla cultural a brindar en cada instante, antes y después de las batallas electorales, dado que el enemigo tiene en claro cuál es el camino de la dominación, nosotros debemos enarbolar el camino de la Liberación.
Ese andarivel nos lleva a reconocer a la Patria Grande como la Casa Común que plantea Francisco y consolidó Perón en su testamento político del Modelo Nacional, en donde la Soberanía es esencial en su ejercicio como forma de derrotar la dependencia de terceros en la toma de decisiones y el Pueblo que es la fuerza del sujeto histórico que construye los nuevos paradigmas de Justicia Social. Por estas razones el enemigo tiende a ocultar, tergiversar y deformar las palabras, para llevar al cuerpo social argentino hacia conceptos como el individualismo y la meritocracia, antes que los de solidaridad y amor por una Patria Grande y un pueblo feliz.
PRIMERO LA PATRIA www.lapatriaestaprimero.org.
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