La información que absorbà y comparto.
Por: Luca Stecco | LNP
Empecemos comprendiendo que se trata de una nación con un Estado débil y su economÃa literalmente dolarizada.
No se trata de un Estado nacional fuerte, sino de tres regiones, cada una con su elite, que históricamente negocian entre sà y se reparten el poder. A saber: Quito, Guayaquil y Cuenca.
A pesar de los importantes avances de la gestión Correa, esa es una realidad muy arraigada. La base de sustentación popular del correÃsmo se centra en trabajadorxs registradxs y un sector de la clase media.
Se trata, en su gran mayorÃa, se trabajadorxs del sector de servicios, ya que Ecuador cuenta con una escasa industrialización. No tienen el nivel de sindicalización ni el nivel de politización de nuestro paÃs.
Las revueltas están siendo encabezadas por el movimiento indÃgena y un sector de las Fuerzas Armadas tras el llamado "paquetazo" dictado por el FMI. Sin embargo, las relaciones entre dicho movimiento y Correa no han sido buenas.
Habrá que ver si dichos desencuentros resultan una limitante en la lucha o si, por lo contrario, logran dejar a un lado diferencias del pasado en pos de una construcción polÃtica electoral que permita el retorno de un gobierno popular.
Pero para eso todavÃa falta. Hoy el campo popular ecuatoriano se encuentra en otra etapa, resistiendo el neoliberalismo de Lenin Moreno.
A propósito, ¿cómo se explica su traición?
Rafael Correa ya ha manifestado que se equivocó en su elección. Se trata de un polÃtico sin demasiada trayectoria que, curiosamente, formaba parte del ala izquierda del movimiento Alianza PaÃs.
Su reciente huÃda a Guayaquil se explica porque en dicha región se encuentra el núcleo de poder del Partido Social Cristiano. El partido conservador del paÃs hermano que expresa, electoralmente, a esas elites de las tres regiones de las que hablamos al principio.
En definitiva, algo nuevo está naciendo. Correa ya anunció su regreso en pleno conflicto social. De su capacidad de conducción polÃtica y de la madurez de los distintos actores hoy en lucha dependerá, en buena medida, que una nueva mayorÃa pueda volver mejor de lo que supo ser.