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MOVILIZACIÓN, EXPRESIÓN POPULAR

EL PODER POPULAR SE EXPRESA EN LA MOVILIZACIÓN, CONSOLIDANDO AL GOBIERNO

Por: Jorge Rachid


Los grandes hitos históricos, que pusieron un punto de inflexión, construyendo nuevos paradigmas, fueron protagonizados por los pueblos, en epopeyas que marcaron la nuevos tiempos de Justicia Social.


Cuando esos acontecimientos los protagonizaron fuerzas cívico militares, factores de poder económico u operaciones políticas producidas por el impulso de embajadas imperiales, como el Reino Unido o EEUU, que siempre diseñaron las fuerzas de la reacción a lo largo la historia, instrumentando las oligarquías cipayas a esos fines de colonización, fueron en contra de los intereses populares.


Entonces “la calle” es de quien la ocupe, de quienes sean capaces de expresar mayorías populares en defensa de sus intereses, en cada etapa de la vida institucional del país. Es más, esos procesos protagonizados por el pueblo, siempre fueron en el marco de las instituciones democráticas, apuntalando el voto soberano.


Nadie duda que el gobierno popular que acaba de asumir, está bajo ataque, que comenzó antes de tomar posesión, por el sólo motivo de los intereses que representa, en el marco ideológico de las fuerzas, que pugnan por el poder en nuestro país. Esta situación se expresa en la persecución al peronismo a lo largo de la historia, por ser la fuerza que representa genuinamente, los intereses de los trabajadores, en los últimos 70 años.


Un peronismo que junto a otras fuerzas nacionales y populares siempre llegó al gobierno por el voto del pueblo, apoyado en la movilización permanente, en el refuerzo institucional expresado en el poder popular organizado, cuya máxima expresión fue siempre el movimiento obrero organizado al cual se agregan en la actualidad, los movimientos sociales de trabajadores con trabajos no formales.


Esa expresión le dio a nuestro país una cultura política diferente al resto de los países hermanos, con menores grados de organización popular, aunque con similares explosiones callejeras, como ocurren hoy en Colombia, Ecuador y Chile, con las resistencias de Bolivia y los triunfos populares en México y en nuestro país. Por otro lado los bloqueos criminales de EEUU a Venezuela, Cuba y Nicaragua, muestra la voracidad de ese poder hegemónico, por hacerse de los recursos naturales del conjunto de los países latinoamericanos.


Lo describió Perón el 1° de mayo de 1974, 60 días antes de morir en su testamento político: Modelo Argentino para un Proyecto Nacional en donde alertaba que el mundo que vendría, sería de los bloques continentales, para aumentar la fuerza de las demandas nacionales, balcanizadas a lo largo de la historia y debilitadas por esa razón. También nos decía el General, que Argentina es el país de los alimentos, el agua dulce y los recursos naturales y que el Imperialismo vendría por ellos “con nosotros o sin nosotros, dependiendo de la capacidad de los argentinos para defenderlos”.


Está sucediendo desde hace años, cuando el Imperio decidió, que los llamados populismos, es decir los movimientos populares, los equiparase al terrorismo o al narcotráfico con el fin de combatirlo por cualquier medio. Lo hizo el Imperio con el Lawfare, aparato judicial de persecución, con los golpes parlamentarios express y con los golpes de Mercado financiero. Pese a ello cuando esos mecanismos fallan, acude sin pudor al golpe tradicional cívico militar que hicieron en Bolivia, destituyendo al mejor gobierno de la historia de ese país, el único que se pareció a su pueblo mayoritario.

Por esa razón el ataque perpetuo que recibe el gobierno popular por parte de los enemigos de la Patria, instrumentados por los medios hegemónicos y los sectores financieros, guionados por la embajada de EEUU, que quiere recuperar los privilegios en intereses locales y regionales, que le ofrecía el gobierno anterior, sumiso, claudicante y entreguista.


Entonces fortalecer al gobierno no se lo realiza por declaraciones ampulosas, se lo apuntala en la calle, con movilización popular permanente, con dirigentes genuinos que abandonen los sectarismos, las luchas intestinas y la pugna por los espacios chicos de la administración y asuman que la Patria está en peligro, creando mecanismos de confluencia de esfuerzos, hacia la expresión más genuina del pueblo, que es la calle, con alegría y memoria, frenando la reacción golpista y destituyente, que ya comenzó.


“No se trata de elegir entre Perón y el arcángel San Gabriel”, dijo Raúl Scalabrini Ortiz en las vísperas de la elecciones del 46. Hoy sin dudas nuestro gobierno puede tener errores que discutiremos en nuestras fuerzas políticas, pero en Primero La Patria hemos definido: “somos oficialistas, tenemos pensamiento crítico, pero jamás le daremos herramientas al enemigo”.


El enemigo critica nuestros aciertos, de nuestros errores nos ocupamos nosotros militando y alertando puertas adentro. Los compañeros en el gobierno deben trabajar gobernando, nosotros como militantes debemos trabajar militando en el seno del pueblo, con humildad, sin soberbia y con compromiso con los tiempos históricos, que es el reloj que marcan los movimientos populares, mientras que el reloj militante es biológico, lleno de ansiedades de realización. Ambos encuentran su cauce, cuando las veredas confluyen como sucedió en el peronismo que hizo a Perón Líder y consolidaron Néstor y Cristina en esta etapa, que hoy conduce desde el gobierno Alberto Fernández.


Entonces lejos de quejarse por la ofensiva de la reacción del poder hegemónico, la calle, la movilización y la lucha son las herramientas necesarias a los fines de consolidar al gobierno nacional y popular, para que pueda desarmar el campo minado del neocolonialismo, que pudimos derrotar en la batalla electoral, pero está vivo en el ejercicio del poder.


PRIMERO LA PATRIA

www.lapatriaestaprimero.org

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