Por: Camilo Porto Rojas | Línea Nacional Popular
Será curioso...
He tenido la posibilidad de conocer dirigentes/as populares de la región centroamericana. Según éstos, el "fantasma del Comunismo" seguía fresco en la retórica de lo que denominan "las Derechas" para atacar a la dirigencia popular.
Los mitos de la Guerra Fría parecen no haber desaparecido del todo en la región tropical del continente. Recuerdo bien los conceptos de una compañera salvadoreña cuyo nombre no recuerdo. Ya entrada en años, la legisladora del FMLN había vivido grandes momentos de la vida nacional del Salvador. Asombrada por el des endeudamiento argentino, mencionaba que para su gobierno (hablamos del 2013 aproximadamente), endeudarse al 4% anual era una verdadera conquista. Asimismo, en referencia a los logros en materia de DDHH del gobierno Nacional Popular, la dirigente mencionaba que, para el Salvador del S.XXI, tamaña empresa constituía una verdadera utopía, habida cuenta que ella misma se cruzaba en los pasillos del parlamento con las con sus torturadores -ahora parlamentarios- cual si fuera un hecho mundano.
¿Hacia dónde vamos?
Hace algunos días, el Sr. Candidato a Vicepresidente Miguel Pichetto ha realizado algunas declaraciones curiosas para este tiempo.
Por su difusión, creo prudente no reproducirlas, más vale expresar la sensación que han causado en éste servidor.
Frases tales como "acabar con las experiencias autoritarias", "instaurar un sistema capitalista moderno", "combatir la demagogia" o la ya celebre calificación de "marxista" hacia el candidato a gobernador bonaerense por el Frente de Todos/as traen a la boca un sabor amargo.
El actual senador Pichetto pareciera vivir en tiempos de Guerra Fría.
¿Por qué motivo Pichetto enarbola tamaño discurso anacrónico en estos tiempos y, sobre todo, en un país como este?
Gracias al inoportuno concurso de los partidos llamados "marxistas" en los golpes del 30' y el 55' contra los gobiernos populares, así como la designación de muchos de sus líderes en cargos públicos en los regímenes oligárquico que sucedieron a estos derrocamientos, la imagen del "socialismo marxista" permaneció alejada de las aspiraciones de nuestro Pueblo, quien vio en Perón la representación cabal de la revolución nacional.
En tal sentido, la propaganda "anti-comunista" revestía importancia tan sólo en núcleos reducidos que jamás presentaron un riesgo real para el Poder, sino mas bien, fueron subsumidos por éste para representar un "ala izquierda" de éste capaz de constituir una alternativa "progresista" en el marco del sistema colonial imperante.
Nada, sino atraso, puede apreciarse en las palabras del presunto peronista Pichetto. En el fondo, su retórica en torno a la "modernidad", su desprecio hacia las movilizaciones sindicales, su nauseabundo odio hacia la población descartada del sistema y su reticencia hacia las formas populares de gobierno lo convierten en un liberal asustado de corte tradicional. Para él, todo lo que sea "nacional - popular" representa "atraso", "retroceso".
Sin embargo, ha optado por combatir al "populismo" catalogando a sus dirigentes de "marxistas"; su proyecto de gobierno, como "régimen autoritario"; su programa geopolítico, como "ideologizado"; su concepción industrialista, como "utopía retrógrada".
El falso peronista intenta sembrar en tierra infertil.
Sin embargo, confiamos en que su inteligencia -por demás superior a la del actual presidente Macri- es capaz de procesar el contexto en que se desenvuelve.
En tal sentido, y suponiendo que los conceptos vertidos están bien rumbeados, entendemos que el senador Pichetto pretende raspar votos de aquellos sectores llamados "de Derecha" decepcionados de la gestión liberal oligárquica. En efecto, la Alianza Cambiemos se juega todas las fichas en llegar a la segunda vuelta. En un eventual ballotage, el candidato de la Oligarquía tendría mayores proyecciones. La violenta orientación de la campaña pareciera ratificar esta hipótesis. Denigrar el trabajo Cartonero, reprimir movimientos populares que intentan dar de comer a gente en situación de calle y aprisionar a dos indigentes con un inmenso despliegue de las fuerzas de seguridad, tildar a tres de los más notables líderes sindicales de "ladrones, prepotentes y sinvergüenzas", entre otras declaraciones trazan una línea notoria entre el presidente y todo lo que sea o pueda ser popular y nacional.
Por la orientación de sus representantes, la llamada "ancha avenida del medio" no perjudica a nadie más que al candidato del Capital Financiero Internacional. Raspar de allí posibilitaría una eventual segunda vuelta para el debilitado proyecto oligárquico. De ello depende todo su futuro. Saben perfectamente que "del lado del Pueblo" no podrán extraer nada. En tal sentido, la radicalización del accionar represivo, la profundización del discurso anti-sindical y las aluciones al "fantasma marxista" rumbean para ese lado.
Entre tanto, el candidato del Pueblo marca la cancha: en deterioro de las condiciones de vida y la entrega del patrimomio Nacional al Capital extranjero. Por sobre todo, transmite futuro. El capital político de Alberto Fernández aún desconoce techo. En el peso de sus enemigos subyace su potencialidad. Sin embargo, la campaña recién empieza y la capacidad inconmensurable de la inteligencia oligárquica para detonar las construcciones del Campo Popular es bien conocida. Juega mejor en desventaja. Sabe donde golpear.
Debemos permanecer atentos.
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