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Evita y su feminismo peronista

Por: Azul Verzura | Línea Nacional Popular

¿Quién fue Eva Duarte?

Y ¿Por qué es quién es?


Hace cien años en Los Toldos, nacía Eva Duarte. O más bien, Evita, así la llamaban. Desde pequeña, 15 años, se vino a Buenos Aires sola para cumplir su sueño de ser actriz. Y ser actriz en aquel entonces, implicaba una caracterización bastante peyorativa. Ser actriz era ser puta, fácil y sobre todo, una escaladora de tipos poderosos. Era negativo ser artista, claramente, que siendo mujer. Llegó a Buenos Aires, ciudad –más bien un mundo- hostil, violento y sin recursos ni una educación que le abra las puertas a una situación más acomodada de la que venía teniendo de chica. Eva, es Eva. Y se propuso el sueño de ser actriz y lo logró. Con las valijas repletas de humildad y miedos, la encontramos en Revistas, fotos, actuaciones y la cara de Evita Duarte en las tapas y en la radio. No sólo la veían sino que también la escuchaban.


A lo largo de su trayectoria y encontrándose con nuevos caminos, el sueño de ser actriz comenzó a dejarse de lado y la política la enamoro en muchos sentidos.


¿Qué hizo Eva?


Eva, mujer irreverente llegó para encaminar a la Argentina. Con un piso increíble de valores y su ternura desbordante se convirtió en la cara femenina revolucionaria del peronismo. Ser mujer y ser peronista a la vez son cosas hermosamente complementarias pero que se vuelve muy difícil. Ser peronista es ser rebelde, combativa, pensadora, estratega, viva y sobre todo, honesta. Y ser feministas, también lo es. Eva era todo eso. Se adelantó en las necesidades del pueblo transformándolas en derechos, en libertades, así generar la emancipación de todxs lxs argentinxs.


Explicar un feminismo peronista se vuelve difícil por el odio incesante de los antiperonistas, pero deja de serlo cuando recordamos qué fue lo que hizo. Principalmente, Eva no fue madre. No es poca cosa que haya prevalecido su amor por el Pueblo que a seguir los mandatos sociales de ser mamá y dejar su vocación política de lado, únicamente, para quedarse en el ámbito privado (que en aquel entonces era aún más común que en la actualidad). Eva, a través de su trayectoria política en los gobiernos Peronistas, se encargó no solamente de la campaña presidencial de Perón, sino que también, ocupó roles de conducción. Sí, una mujer debatiendo sobre decisiones políticas, entre mesas llenas de hombres poderosos y patriarcales, donde lo único que les molestaba de Eva era su condición de ser mujer. Ni hablar de que la masculinidad frágil no les permitía entender que una mujer, y como era Eva, esté “dominando” a Perón, un tipo fuerte y audaz. Eva se sentaba en la mesa de la CGT y discutía de par a par con los varones políticos de ese momento. Eva se enojaba, reía y sobre todo, defendía al Pueblo por encima de todas las cosas.


Además de todo el sentimiento y la pasión que la engloban a lo largo de la historia Argentina, no se quedó solo en la teoría populista de la representación. Eva se movió. Eva puso el cuerpo hasta morirse. Literalmente, hasta el último día. Y cuando hablamos de un peronismo feminista, también estamos hablando del feminismo peronista actual y espontáneo encabezado por nuestra conductora Cristina Fernandez de Kirchner.


A Eva le costó todo. Llegar, permanecer y también irse. Con pintadas en la calle al ritmo de “viva el cáncer” por parte de un antiperonismo misógino y violento en contra de su vida y sobre todo a favor de una enfermedad brutal, tampoco se pudo ir tranquila. El odio la enfermó y la mató. Pero ¿por qué Evita es quién es? Por un pueblo enamorado y convencido por ella, que la mantiene viva en su rutina, en sus unidades básicas, en tus banderas militantes, en una foto de ella y Perón en la cocina, en un abuelx que cuenta historias maravillosas de los años peronistas, en los libros escritos por y para ella, en los discursos, en los aniversarios, pero por sobre todas las cosas en los derechos.


Eva, sin ser madre –reitero-, encarnó un feminismo político y altamente peronista en sus medidas diarias. Impulso la patria potestad compartida, es decir, que nuestros hijxs –paridos y criados por nosotras- legalmente también iban a ser reconocidos desde lugares equitativos tanto para el hombre como para la mujer. El conocido voto femenino donde logramos poder posicionarnos ante la representatividad de los gobernantes de igual manera que los hombres. Hablaba en discursos hacia las mujeres. Nos reconoció como ciudadanas, nos dio un lugar en la política y en las conducciones. Nos permitió inspirarnos en ella y lograr cualquier camino que nos propongamos por más que esté lleno de hombres queriéndonos cortar las piernas. Eva reconoció a las enfermeras, relegadas siempre detrás de un médico.


Eva no sólo revolucionó las urnas, las calles y la cúpula política, sino que también revoluciono en las casas. Y haber llegado ahí, tenerla en un cuadro, nombrarla con orgullo, recordarla en cada película, en cada monumento, es la revolución peronista y feminista que sigue en pie y, por supuesto, en disputa constante con los sectores conservadores.


En resumen, la mujer que nos inicio en la política partidaria y nos reconoció como tales, hoy cumple 100 años. y debemos recordarla como la icono que encaminó a las mujeres y a la Argentina desde otra perspectiva. Con ternura, inteligencia, viveza y mucha astucia, Eva se puso a un país en el hombro. En los ovarios. Y seguiremos recordándola con mucho amor y proyectos que sigan sus ideas, que son las correctas.


Feliz cumpleaños Eva,


Hasta la Victoria


Siempre.

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