UNA EXPRESIÓN PEYORATIVA , PARA ATACAR A LOS PUEBLOS LATINOAMERICANOS
Por: Jorge Rachid
Periodistas, politólogos, analistas, cientistas de todos los lares, usan el término populismo para denominar, indistintamente, los procesos populares de América Latina como a los líderes de los países desarrollados que adoptan políticas proteccionistas.
El proteccionismo, que en definitiva son procesos políticos que privilegian el interés nacional por sobre los acuerdos internacionales o alineamientos o no sobre determinadas líneas económicas, llamadas ortodoxas, no define por igual si un proceso es popular o no.
Es acaso el mismo populismo el de Trump que el de Maduro, o el de Bolsonaro y el de Putín, o cuando comparan el proceso político de Bolivia con la Italia de Salvini. No sólo no son lo mismo, sino que las herramientas de control social xenófobas y racistas de algunos liderazgos, no tiene comparación posible con los líderes latinoamericanos que han sido perseguidos justamente por abrir sus políticas a los pueblos excluidos, construyendo justicia social.
Es que los llamados populismos de los países desarrollados son expansivos y los movimientos populares de nuestros países, son procesos de Liberación de la dependencia económica y cultural, al cual han sido sometidos por imposición de los factores de poder globalizados.
Esos factores de poder hegemónicos, liderados por EEUU en esta nueva etapa de control de su “patio trasero”, ha desplegado desde el control financiero del endeudamiento a los medios de comunicación, sumados al ariete Judicial corrompido y alineado a las órdenes del Departamento de Estado y al despliegue de la IV Flota norteamericana, amenazante y disciplinadora.
Entonces el llamado populismo, agitado como temor reverencial en la instalación del “odio al otro”, llamado a producir en la sociedad, una diáspora que fragmente la idea común de pueblo y de Patria, elementos centrales de la construcción de un destino común, que fue en los últimos años, basado en la reconstrucción de la Patria Grande, ha sido el principal obstáculo de la dominación y afectación de los intereses imperiales en nuestra región.
Esa es la causa del intento de disolución del UNASUR, de una nueva balcanización del siglo XXl, como las producidas en el siglo XlX por los ingleses, para evitar una América Latina unida que fuese poder mundial, produciendo enfrentamientos entre los países, como la guerra de la Triple Alianza contra Paraguay, la guerra entre Bolivia y Chile, la guerra del Chaco entre otras operaciones de disgregación y fragmentación.
Entonces llamar populismo en expresión denigratoria para nuestros países, es evitar que los procesos populares coronen políticas heterodoxas en lo económico, inclusivas en lo social e soberanas en la política internacional. Mientras que cuando se refieren a países como EEUU las presentan como reafirmaciones nacionales en función de sus intereses.
La doble vara funciona en que los organismos internacionales herramientas de dominación imperial, condicionan a nuestros países a prácticas políticas contrarias a las que aplican en los países que llaman desarrollados, aún cuando se oponen al control de del cambio climático mundial, que lleva a la humanidad al desastre o invaden o bloquean países que no responden a sus intereses estratégicos, provocando cientos de miles de muertos y desplazados, que después rechazan.
Incluso Ernesto Laclau escribió su libro el Populismo Científico, aproximando esta doble utilización del término, que como todas las palabras tiene valor simbólico que en este caso sirve para agitar el temor a los procesos populares que afianzan la idea de pueblo como colectivo, ante la utilización de “gente” como genérico, la del modelo social solidario frente al individualismo egoísta y darwiniano del neoliberalismo.
Para los argentinos que vivimos etapas de construcción de ciudadanía plena de las mayorías populares con Justicia Social, Soberanía Política e Independencia Económica, nos pueden llamar populistas o populares, ya que las políticas que desplegamos siempre tendrá como único objetivo la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación.
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