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EL ODIO ES EL INSTRUMENTO NEOCOLONIAL, EL AMOR, ES DE LA LIBERACIÓN NACIONAL

Por: Jorge Rachid

Edición: Juan Ignacio Rojas | LNP

Sembrar el odio, fue el eje de construcción política de la oligarquía y los dueños del poder a lo largo de la historia. Sobre esa base manipularon los datos históricos creando la conciencia de “civilización” o “barbarie”, de la mano del relato oficial mitrista.


Pero ante los acontecimientos que está asistiendo América latina y nuestro país en particular, no me detendré hoy, en un largo relato sobre los acontecimientos históricos, sino que reflexionaremos sobre la máxima expresión del odio, que es el negacionismo, sobre el genocidio de la dictadura cívico-militar.


En otros países del mundo “civilizado”, esa actitud sobre el Holocausto merece la cárcel, aquí siguen siendo unos “pobres viejitos maltratados”, cuando fueron juzgados en tribunales más de 700 y declarados 100 sin méritos, o sea libres, eso es Justicia, Verdad y Memoria, lejos de venganzas, tan acordes a los sistemas de opresión y dominación, como el que sufre la Argentina.


El odio es funcional al enemigo, construye adhesiones, arrasa la Justicia, vende tapas de los medios hegemónicos, persigue y denigra, esmerila y acorrala a la oposición política, mientras intenta paralizar por miedo, a los compatriotas que adhieren al movimiento nacional y popular. Las amenazas, el despido, la incertidumbre, los ajustes, las tarifas son parte de un esquema económico de saqueo, que necesita del odio para avanzar.


Entrar en ese juego, también sería funcional al enemigo, que está esperando la reacción para desplegar, aún más su aparato represivo sobre las fuerzas populares. Sin embargo las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, nos dan el ejemplo del amor, con su constancia perseverante a lo largo de décadas de reclamo en paz, luchando por la vida, antes que apostando a la muerte y la venganza.


Si ese ejemplo es paradigmático, del cual no podemos apartarnos, por historia y compromiso, nuestras conductas políticas nunca deberían ser dominadas por el odio, que genera la pasión por la construcción de una sociedad más justa y libre. Se vence con inteligencia, con movilización, con pueblo, no con actitudes personales ni sectoriales que pretendan vanguardismos declamativos inflamados. Los tiempos personales son biológicos, demandan ansiedades, los tiempos de los pueblos son históricos y construyen memoria e identidad.


En ésta etapa, de lucha electoral, la necesidad de vencer al enemigo neocolonial que ejecuta el diseño imperial, es prioritaria, objetivo único e irremplazable. Todo aquello que aumente la base de sustentación de la batalla electoral, permitirá cambiar el escenario y desarrollar otras luchas, otras batallas, en las cuales no esté en juego, como ahora el destino de la Patria.


En éste sentido la ex presidenta, que junto a Milagro Salas son la expresión máxima del odio oligarca, ha desarrollado una política de ampliación de espacios, sacrificando los propios, en pos de una victoria sobre el enemigo principal, maniobra no siempre entendida por la militancia, pero que vence la lógica cultural neoliberal del individualismo y a su vez, construye la política de los sueños y las utopías para las jóvenes generaciones.


“Primero la Patria, después el Movimiento y luego los hombres” Perón.

CABA, 26/3/19

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