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DORREGO | La sombra de un crímen olvidado

Por: Camilo Porto Rojas | Línea Nacional Popular

Fotografía: Camilo Porto Rojas | LNP. Edición: Juan Ignacio Rojas | LNP

Sobre Suipacha, cerquita de la esquina de la calle Viamonte, se encuentra la oficina de la Agencia Gubernamental de Ingresos Públicos de la Ciudad de Buenos Aires.


Frente a ella, rodeada por una pequeña plazoleta, la estatua en forma de monumento del General Dorrego se erige sobre los banquitos donde loa oficinistas se detienen a almorzar, comentar sus cosas y encender un cigarrillo.


Manuel Dorrego, 1787 - 1828: "Promotor paladín y mártir del federalismo argentino, héroe de la independencia y la organización nacional". Así se presenta a los espectadores la primera caracterización del Gral. Dorrego. En la retaguardia, unas oraciones viles ensucian su memoria: "combatió el caudillismo separatista y anárquico; salvó a Buenos Aires de los embates de la Anarquía".


¿Quién fue... Manuel Dorrego?

¿Por qué luchó en su corta vida?

¿Cuáles eran sus lealtades?

¿A quiénes combatió realmente?


Estimo que uno de los grandes males que aqueja a los argentinos y argentinas es que se hacen las preguntas equivocadas o, peor aún, que no se hacen ninguna pregunta.


Al acercarse al monumento del gobernador legítimo de Buenos Aires entre 1820 y 1828, el espectador podrá encontrar algunas respuestas y muchos interrogantes.


¿Por qué Dorrego encontró la muerte en 1828? ¿La encontró o fue encontrado por ésta?


Surgen datos de la Historia. A unas cuadras, frente a Tribunales, está el Monumento a Juan Lavalle. Fue el Sr. Lavalle quien, influenciado por medios que hoy siguen operando en las mentes estériles de la dirigencia nativa, decidió destituir a Dorrego de su cargo y fusilarlo.


Mucho se ha estudiado en derredor de los DDHH. Se reconoce como el "primer Golpe de Estado" aquel ejercido por las FFAA, los partidos políticos liberales y la Oligarquía contra Hipólito Yrigoyen... Los apellidos Lavalle y Dorrego nos insinúan que no fue así.


¿No fue un "Golpe de Estado" aquella arremetida del Gral. Juan Lavalle, amparado por la Oligarquía Pampeana y la Burguesía Comercial Porteña, contra la gobernación de Dorrego? ¿No fue acaso un crimen su fusilamiento sin juicio ni proceso? Y de ser así... ¿Cómo fue orquestado? ¿Existían en la Argentina aquella conspiradores que, como hoy, atentaron contra el destino continental de nuestra América?


En una carta fechada el 12 de diciembre del 28', Salvador María del Carril se dirigía a Lavalle para "sugerirle" la suerte del gobernador destituido. En ella se encontrarán algunas respuestas a los interrogantes planteados:


"Hemos estado de acuerdo en ella antes de ahora. Ha llegado el momento de ejecutarla. Prescindamos del corazón en este caso. La Ley es que una revolución es un juego de azar, en la que se gana la vida de los vencidos cuando se cree necesario disponer de ella. Haciendo la aplicación de este principio, de una evidencia práctica, la cuestión me parece de fácil resolución. Si usted, general, la aborda así, a sangre fría, la decide; si no, yo habré importunado a usted; habré escrito inútilmente, y lo que es más sensible, habrá usted perdido la ocasión de cortar la primera cabeza de la hidra, y no cortará usted las restantes. Nada queda en la República para un hombre de corazón." SMC.


En loa últimos años, el periodismo de investigación ha develado el entramado de una serie de operaciones contra el gobierno popular 2003-2015 y muchos de sus dirigentes, puntualmente, contra la ex presidenta y principal dirigente opositora al régimen oligárquico, Cristina F. de Kirchner. Desde el falso "crimen de Estado" contra el Fiscal Nisman hasta el armado de causas judiciales bajo testigos "arrepentidos" extorsionados por agentes del actual gobierno, las evidencias de la persecución política del gobierno central contra la oposición política y social son implacables e incuestionables. El control del Poder Ejecutivo sobre el Judicial es bien indisimulable. Decenas de presas y presos políticos sin juicio previo ni debido proceso evidencian la "Guerra de Policía" ejercida por la Alianza Cambiemos que ha convertido a los opositores en "delincuentes"; a sus organizaciones políticas y sociales en "asociaciones ilícitas"; a sus prácticas políticas en "crímenes comunes".


La Alianza Cambiemos se presentó en 2015 como una fuerza política "nueva", consecuencia del deterioro de las "viejas estructuras" que "gobernaron el país durante 70 años". Tiempo después, las fuerzas de corte progresista la catalogaron como "nueva Derecha".


¿Es Cambiemos algo nuevo? ¿Cuál es el origen del pensamiento de sus ideólogos? ¿De dónde provienen sus ideas?


Bartolomé Mitre, fundador de la Argentina Oligárquica post 1853, se refirió en una de sus cartas la mejor manera de ejecutar el genocidio gaucho contra las masas federales: "Declarando ladrones a los montoneros sin hacerles el honor de considerarlos como partidarios políticos ni elevar sus depredaciones al rango de reacciones; lo que hay que hacer es muy sencillo..."


Nada por fuera de lo que vemos, escuchamos y padecemos hoy.


La "falsificación de la historia" promovida por Mitre tuvo su antecedente en el fusilamiento de Dorrego. El tratamiento posterior a tamaño crimen no intentó actuar solamente en el agitado presente de aquel entonces, sino sobre todo en el futuro. La inteligencia oligárquica es estratégica. Opera en el ahora pensando en el mañana, abona la tierra para la continuidad de su infame proyecto, facilitándole así a su descendencia la tarea. La persecución política se estudiaría así como "lucha contra la corrupción". Del mismo modo, lo que en la segunda mitad del Siglo XIX constituyó un verdadero genocidio de décadas, sería estudiado por las próximas generaciones como la "lucha por la civilización y el progreso".


Contra ese proyecto apátrida y colonial luchó Manuel Dorrego con las limitaciones que su época imponía. Fue suficiente para correr con el infortunio de que su crimen fuera borrado de la historia por sus verdugos.


Hoy, el monumento del Gral. Dorrego continúa encerrado entre las rejas que rodean la plazoleta del edificio de Rentas de la Ciudad que lo asesinó. Sin embargo, al caer la tarde, su sombra se manifiesta a la altura de las entradas del edificio, como si el maldito "gaucho pícaro" se negara a desaparecer por completo. Su recuerdo perturbará para siempre a la Clase Política que promovió su asesinato, recordándoles que la Argentina Federal vive, palpita y exige.

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