LA VICTORIA ELECTORAL SE CONSOLIDA EN LA MILITANCIA Y EL COMPROMISO DE PATRIA GRANDE
Por: Jorge Rachid
Los procesos electorales tienen como características que son batallas determinantes en el tiempo, si los objetivos estratégicos de enmarcan en los desafíos tácticos, por esa razón la unidad lograda para la contienda, debe afirmarse en la necesaria construcción política, de masa crítica para avanzar en los objetivos a largo plazo.
Quizás esa es la razón de algunas reflexiones sobre los porcentajes electorales, que basados en aspiraciones altas, fueron tomadas como hechos casi negativos, cuando el objetivo principal, la derrota del neoliberalismo, se consiguió ampliamente en esa batalla y se deberá construir a partir de ahora, con fortaleza política en la organización popular, para desempolvar la agenda estratégica, que sólo se podrá construir en el marco de acumulación de la Comunidad Organizada.
No es casual entonces que las primeras definiciones del compañero presidente electo, fuesen referidas a determinados aspectos de la política internacional, que como siempre decimos, “es la Política”. La mención a la libertad de Lula tiene el doble sentido de Patria Grande y de la libertad de los presos políticos de la Argentina, una referencia insoslayable de un tiempo político nuevo en nuestro país.
Es entonces cuando la militancia política, reivindicada en su rol de constructora de ésta victoria, aunque desde las PASO en adelante, los conflictos marginales en los distritos, que daban por ganada la elección nacional, hicieron abandonar la enjundia de las primarias, permitiendo el avance del gobierno en los cómputos finales. No debe pasar que el enano neoliberal que anidamos todos, por ser la cultura dominante, ponga en riesgo los objetivos comunes del pueblo.
Concluyamos entonces que es la militancia presente o aquella dominada por el sectarismo, las que definen los rumbos del gobierno que empezamos a vivir como nuestro oficialismo, al cual debemos acompañar, sin claudicaciones, pero con pensamiento crítico, que permita en lo interno enriquecernos, pero sin dar elementos al enemigo para que nos divida y opere, desde su comando estratégico, que es EEUU y sus intereses.
Cuando la militancia apoya la gestión, con la crítica interna presente, lo hace desde su realidad de construcción territorial, sindical, profesional fortaleciendo la organización popular y proponiendo, desde ese lugar, el cambio de rumbo necesario que necesita la Patria. El gobierno debe gobernar y la militancia debe militar, tan sencillo como eso, apuntalando el rol de cada argentino comprometido con la historia, que quiera participar en la reconstrucción de nuestro país y de un pueblo castigado, en una pesadilla sin fin.
Ocupar el rol correcto permite fortalecer al gobierno, acumular organización política, construir Comunidad Organizada, formar cuadros políticos en el marco de la Patria Grande y entonces si será cierta la frase de la compañera Cristina de: “el neoliberalismo NUNCA más”.
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