Empieza el año.
La Revolución cubana cumplió ayer 60 años de resistencias. Más allá de los grandes aciertos y reprochables errores cometidos por la primera revolución socialista de Latinoamérica en más de medio siglo de vida, no podemos dejar de apreciar como un Pueblo sigue eligiendo su libertad por sobre todas las otras cosas Tamaña voluntad inquebrantable, incorruptible e indomable debe ser por lo menos respetada por nosotras y nosotros, sus hermanas y hermanos.
Bolsonaro asumió como presidente electo del Brasil. Desde la cárcel, Lula exhortó al Pueblo (su Pueblo) a no bajar los brazos. Observamos el tratamiento de la prensa argentina en derredor del asunto. Nadie dijo (al menos no lo he escuchado entre los análisis) que las elecciones que llevaron a tamaño personaje al gobierno del gran gigante del Sur se realizaron en el marco institucional de un Estado ocupado ilegítimamente por una banda de maleantes que nadie eligió, ni que el principal candidato opositor fue encarcelado y proscripto por el régimen despótico de Michel Temer. Claro, aquellos que siguen opinando que los gobiernos de Frondizi e Ilía medio siglo atrás fueron “democráticos” únicamente por haber sido electos, ignorando que la principal fuerza política nacional de entonces se encontraba proscripta y su líder exiliado, difícilmente opinen diferente en derredor del proceso que llevó a Jair Bolsonaro al poder. En su lugar, las teorías de la “Derechización de las sociedades latinoamericanas” estuvieron a la orden del día. La prensa argentina imita a la dirigencia petista, quien tampoco se ha revelado contra tamaño ultraje a la voluntad popular.
Por otra parte, hemos apreciado con interés como el viejo continente entretuvo este 1° de enero a su castigada población con fuegos artificiales de alta gama. Mientras tanto, los niveles de desocupación trepan sin límites al tiempo en que decenas de miles de inmigrantes llegan a las orillas europeas con motivo de hacerse de lo poco que puedan (que es más de lo que pueden conseguir en sus países de origen).
Entre tanto, la Argentina oligárquica organiza sus próximos pasos. El Ministerio de Seguridad planifica por estas horas el nuevo "enemigo interno" para el año entrante. Ya lo ha sido el llamado "kirchnerismo golpista", los "mapuches terroristas", el "sindicalismo piquetero", los "inmigrantes agresores"... La asociación entre Movimientos Sociales y narcotráfico, así como las muertes impunes de Rodolfo Orellana y Marcos Soria a manos de las fuerzas represivas dan la certeza de que el próximo trofeo de la ministra Bullrich Luro serán los excluidos organizados.
2019 será un año bisagras en la Argentina y en el mundo. El Gran Capital ha engendrado sus anticuerpos: el Pueblo organizado por un lado; los fundamentalismos de corte fascista por el otro. Todo indica que la salida al imperio capitalista en decadencia será por uno de estas dos puertas. Dependerá de la inteligencia de las dirigencias y de la voluntad organizada de los movimientos populares cuál será el destino de sus naciones.
Mientras, más de 1500 millones de seres humanos engrosan la población descartada que habita en los más de 200 mil asentamientos informales existentes en el mundo. Las alternativas de izquierda continúan demostrándose estériles para contener las aspiraciones de esta nueva realidad que en la Argentina ha tomado forma de "Economía Popular". Ha sido el Pueblo y no un "Gobierno Popular" quien ha encontrado una salida al descarte: la CTEP nace como herramienta gremial para una realidad global que no encuentra salida en ninguna de las formas del Capitalismo: ni "Totalitario", ni "Neoliberal", ni siquiera "de Bienestar".
En el caso del desarrollo potencial de las organizaciones de los excluidos, como de muchos otros actores emergentes que en estos tres años han irrumpido en la vida política nacional sin pedir permiso ni respetar normas, los Partidos Políticos han permanecido ausentes. Nadie ha sabido o ha querido representar a este sector hijo de la más cruel etapa capitalista jamás conocida en la historia del sistema. Se han representado a si mismos.
La emergencia de repensar las democracias modernas, de comprender las formas en que se mueven los Pueblos en este siglo, los cambios políticos y culturales de una realidad mundial y autóctona absolutamente distinta a la conocida hace más de un siglo, nos obliga a revisarlo todo. Y esta tarea es urgente. No es posible retrasarla más.
La "urgencia" de una política electoral capaz de vencer al enemigo inmediato puede llevarnos a cometer un grave e irreparable error si no sometemos nuestras certezas a una revisión categórica y sincera, con la frialdad en que opera el cirujano el quirófano, sin más que los elementos reales que nos proporciona el observar la realidad con los propios ojos.
Allá por la década del 40', antes de convertirse en el gran líder de masas que sería meses después, un joven coronel les hablaba a sus camaradas de armas acerca de "la nueva realidad mundial”. En dicho discurso, Juan Domingo Perón alertaba a sus compañeros de armas que el mundo en el que ellos se habían formado ya no existía. En tal sentido, la “evolución de las comunidades” habría arrojado nuevas realidades que de ninguna manera podrían ser contenidas por las viejas instituciones del régimen demoliberal capitalista fundado por los iluministas:
“La Revolución Rusa es un hecho consumado. Hay que aceptar esa evolución. Si la Revolución Francesa terminó con el gobierno de las aristocracias, la Revolución Rusa termina con el gobierno de las burguesías. Empieza el gobierno de las masas populares.”
(07-08-1945. Discurso pronunciado en el Colegio Militar)
Tan simple como suena, el Coronel del Pueblo no pedía a sus camaradas un cambio ideológico ni una moral revolucionaria. Tan solo inteligencia para comprender que si el torrente no era encausado, aplastaría todo lo que tenía a su paso. Tiempo antes, lanzaría una advertencia similar a los burgueses de la Bolsa del Comercio:
“La Argentina es un país que no está en la estratosfera; sino que está viviendo una vida de relación; de manera que las ideologías que aquí se discuten, no se decidirán en la República Argentina, sino que ya se están decidiendo en los campos europeos; y esa influencia será tan grande para el futuro, que la veremos crecer progresivamente hasta producir hechos decisivos que pueden ir desde el grito de “Viva Esto” y “Viva lo Otro” hasta la guerra civil. Está en manos de nosotros hacer que la situación termine antes de llegar a ese extremo, en el cual todos los argentinos tendrán algo que perder, pérdida que será directamente proporcional con lo que cada uno posea: el que tenga mucho lo perderá todo, y el que no tenga nada, no perderá. Y como los que no tienen nada son muchos más que los que tienen mucho, el problema presenta en este momento un punto de crisis tan grave como pocos pueden concebir.”
(Discurso pronunciado en la Bolsa de Comercio, 1944)
No será novedoso afirmar que ni los militares ni los burgueses argentinos han demostrado demasiada lucidez al respecto. Más consideramos que la militancia política, sindical y social, así como los cuadros superiores del Frente Nacional Popular deben asumir la responsabilidad de obrar en base a un riguroso análisis nacional e internacional de la realidad: ni aquellos que luchan por un ideal ni aquellos que lo hacen por sus intereses individuales deberá dejar despreciar está premisa: nadie se realizará si no se realiza primero la comunidad, y ésta no tendrá futuro si quienes pretenden dirigir los destinos de la Nación se equivocan en el diagnóstico.
Empieza el año. Los calores expresos auguran las tormentas que vendrán. El aluvión prepara su marcha. Quiere vencer y hará todo en pos de lograrlo. A costa de todo. Caiga quien caiga. Sea del bando que sea. Todo parece apuntar a que el destino de todas, de todos depende de una actividad tan vieja como la historia del ser humano: pensar.
Camilo Porto Rojas | Línea Nacional Popular
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